El brote global de COVID-19, que impactó en la industria de la aviación en marzo, ha influido mucho en los datos de tráfico de Norwegian. La compañía experimentó una caída dramática en la demanda tras las restricciones de viaje impuestas por los gobiernos, así como una disminución general en viajes.
Norwegian respondió de inmediato a este cambio global en la demanda y adaptó su programa de vuelos varias veces a lo largo del mes. El primer paso, el 10 de marzo, consistió en reducir aproximadamente el 15% de la capacidad planificada; más tarde, a partir del 16 de marzo, se volvió a evaluar la situación y se ajustó hasta el 85% de la capacidad planificada, con la mayoría de las cancelaciones teniendo lugar partir del 25 de marzo. La capacidad durante el mes fue un 40% menor de lo planeado, mientras que los vuelos operados tuvieron una ocupación media del 72%, un descenso de 13,8 puntos porcentuales en comparación con el mismo mes del año anterior.
En comparación con el mismo período del año precedente, y en términos unitarios, la capacidad total (media ésta AKO véase glosario al pie de esta nota) disminuyó en un 53%, mientras que el tráfico total de pasajeros (medido éste en PKT) disminuyó en un 60%. El número total de clientes transportados en marzo fue de 1.153.283, una disminución del 61%.
En marzo, Norwegian operó el 77% de los vuelos programados así como múltiples vuelos de rescate, y siguió manteniendo un programa básico e indispensable de vuelos regionales.