Lufthansa bautizó a su primer avión Boeing 787-9 Dreamliner como “Berlín”. La ceremonia de bautismo será después de la entrega de la aeronave el próximo año.
Por Alberto López
“Berlín” es el primero de los cinco Boeing 787-9 Dreamliner que Lufthansa incorporará a su flota en 2022. El avión consume solo 2,5 litros de combustible por pasajero cada 100 kilómetros recorridos, un 30% menos que los aviones predecesores.
Desde 1960, Lufthansa tiene la tradición de bautizar sus aviones con nombres de ciudades alemanas.
El canciller de Alemania Occidental a finales de los años 60 del Siglo XX, Willy Brandt, honró a Lufthansa durante su mandato como alcalde de Berlín Occidental (1957-1966), al bautizar el primer Boeing 707 de la compañía como Berlín.
El mismo nombre fue asignado a un Airbus A380 con la matrícula D-AIMI hasta su retiro del servicio activo, recientemente.
El nuevo “Berlín” llevará la matrícula D-ABPA y su primer destino intercontinental programado será Toronto, centro financiero y hub en Canadá.
Lufthansa y la capital alemana tienen una larga y especial relación. La compañía de antes de la guerra se fundó en Berlín en 1926 y volvió a ascender hasta convertirse en una de las principales aerolíneas del mundo. Tras la culminación de la Segunda Guerra Mundial y durante 45 años, solo los aviones civiles de los aliados pudieron aterrizar en la ciudad dividida.
Desde la reunificación, Lufthansa ha volado a Berlín durante más de 30 años, y ninguna otra aerolínea ha hecho volar a tantos berlineses por todo el mundo en las últimas décadas como Lufthansa y sus filiales.
En la actualidad, las aerolíneas del Grupo Lufthansa conectan la capital alemana con unos 260 destinos en todo el mundo, ya sea con vuelos directos o a través de conexiones en uno de los muchos hubs del grupo.