José Vicente Guardiola es el nuevo Director de Operaciones de Air Europa, sustituyendo a Andrés Bello.
Curiosamente, Guardiola, nombrado en su cargo desde julio pasado, fue quien le pasó el relevo a Bello hace diecisiete años en el mismo cargo en el que hoy mismo ha tomado posesión.
Pero los cambios van más allá, y Guardiola ha cambiado a todo el organigrama por debajo de él, incluido el director de entrenamiento de tripulaciones y los jefes de flota de 787 y 737. Solo se mantiene en su puesto Jose Antonio Salazar, responsable de Calidad, “blindado” porque su sustitución necesitaría, de ser solicitada, aprobación previa por AESA.
Los cambios en Operaciones, sumados al relevo de Maria José Hidalgo por Richard Clark, son cambios de calado casi simultáneos en dos de los departamentos clave de la compañía, gerencia y operaciones.
Sin duda Valentin Lago está buscando la forma de rentabilizar una compañía, necesitada de un nuevo rescate inminente por la SEPI, que según reiteradas auditorias sería “eficaz pero no eficiente”, con una estructura sobredimensionada para la flota que opera. Guardiola es visto por Lago como la persona que puede desencallar la negociación con los pilotos, que rechazaron incluso el preacuerdo alcanzado con el Sepla.
Ante la disyuntiva de “o sobra personal o faltan aviones”, los sindicatos de la compañía se han declarado dispuestos a negociar “pero que empiecen con la Express” pues se trata de un AOC diferente del de Air Europa (Aernnova) aunque es propiedad al 100% de la misma compañía.
Sin embargo, Aernnova es más eficiente que Air Europa; se estima que el costo de la hora de vuelo de Air Europa es un 40% superior al de Air Europa Express, de modo que una medida así no haría sino perjudicar la eficacia de la compañía a medio y largo plazo.
Mientras tanto, la compra por Iberia sigue en el tejado de Bruselas, que debe emitir su informe de Competencia el próximo 27 de septiembre. Si los términos de la propuesta de Bruselas son aceptados por Iberia y la SEPI, principalmente la asignación de los slots de Air Europa en Madrid-Barajas, quedaría despejada la incertidumbre. De no ser aceptada, la SEPI se enfrentaría al dilema de tener vender, o mejor dicho, autorizar, la venta de Air Europa a otra aerolínea, en un momento en que ni AirFrance-KLM ni Lufthansa pueden adquirir otras aerolíneas mientras no devuelvan los prestamos concedidos por sus respectivos gobiernos.