La estadounidense JetBlue decidió recortar su horario de verano en más del 10%, y la utilización de aviones programados se reducirá entre un 10% y un 15%, para concentrarse en una serie de desafíos de cara a la llegada de la temporada alta de mitad de año.
De esta manera, la aerolínea se encuentra en el desarrollo de un nuevo plan que busca satisfacer la creciente demanda de manera más eficiente dejando atrás los problemas operacionales que han entorpecido el trabajo de la compañía en las últimas semanas.
En una entrevista a Reuters, el presidente ejecutivo de JetBlue, Robin Hayes reconoció que la compañía «decepcionó» a los clientes y miembros de la tripulación con su desempeño en abril y «sabíamos que teníamos que hacer un reinicio significativo antes del verano, así que puede ofrecer una operación más operable y confiable».
En esta línea, la presidenta de JetBlue, Joanna Geraghty, dijo a los inversionistas que las operaciones se han visto afectadas por el clima severo agravado por los desafíos del control del tráfico aéreo «particularmente en Florida y el noreste».
Así las cosas, JetBlue se prepara para abordar correctamente la temporada de verano que ya se encuentra a la vuelta de la esquina y que promete ser una de las más agitadas debido al retroceso de la pandemia. Para esto, trabaja en una campaña para la contratación de personal y el diseño de protocolos ante retrasos y cancelaciones en la operación.
Esto ya que a principios de este mes JetBlue se vio en la necesidad de cancelar cientos de vuelos y retrasar otra cantidad significativa debido a demoras en el control aéreo y el clima.
Es así como la compañía ha dado un alto en el camino para reestructurar sus protocolos operacionales previendo que la temporada de verano no los tome sin estar preparados, tal como ocurre ahora. Sin embargo, cabe resaltar que el anuncio provocó que las acciones de la aerolínea cayeran un 11% a comienzos de esta semana.