A poco más o menos una semana, el próximo martes 15 de septiembre, el Gobierno de México ha vendido solo cerca del 64% de boletos por la rifa simbólica de parte del valor del Boeing 787-8 Dreamliner presidencial.
Por Alberto López
Al menos hasta inicios de esta semana previa a la rifa, la Lotería Nacional de México solo había vendido el 63,58% del total de boletos de lotería que se pretende vender para la fecha de la rifa, con lo que, según cifras oficiales, se tendría recaudado aproximadamente US$88,8 millones, del total que se busca alcanzar de US$120 millones (con seis millones de boletos a US$20 cada uno), como una parte del valor total del avión que fue adquirido en 2012 por US$218,7 millones por el entonces presidente de México, Felipe Calderón (2006-2012), aunque arribó a México hasta 2016.
Los 100 ganadores de la rifa recibirán un premio de un poco más de US$0,9 millón cada uno, proveniente de una bolsa de premios aportada por la Fiscalía de México, producto de la venta de bienes decomisados al crimen organizado y al narcotráfico, que suma alrededor de US$93,1 millones.
Voceros de la Lotería de México reiteraron que el dinero recaudado por esta rifa se destinará a hospitales y trabajadores de salud.
Sin embargo, inclusive si se lograra vender el 100% de boletos para el 15 de septiembre, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (para quien deshacerse del suntuoso avión fue tema de campaña), no logrará cubrir los US$218 millones invertidos originalmente, mucho menos si lo vendido hasta inicios de esta semana no logra remontar mucho más del 64% del último reporte confirmado de la venta por parte de la Lotería mexicana.
Por eso, se busca también vender el 787-8, con matrícula XC-MEX / TP-01 (Transporte Presidencial 01), bautizado también como “José María Morelos y Pavón”, el cual ya para estas fechas tiene un valor mucho menor al de la compra original. En ese sentido, el presidente López Obrador anunció en julio anterior que ya había un par de interesados en adquirir la aeronave, lo cual coincidió con el regreso del 787 al hangar presidencial en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
A pesar de lo anterior, la configuración de lujo de este Dreamliner y el mercado de la aviación mundial vienen experimentando factores en contra que obstaculizan una transacción satisfactoria y rápida, como la consultora británica Ascend pronosticó en su estudio de factibilidad de vender este 787, encomendado en 2015 por el único presidente mexicano, Enrique Peña Nieto (2012-2018), que si usó el avión en parte de su sexenio.
Ya para el año anterior, el 787 estaría depreciado en alrededor de US$80 millones con respecto a su valor inicial y la gran conclusión de Ascend es que resulta más salomónico que el avión sea utilizado por el Gobierno mexicano.