México logró vender solo cinco de las 19 aeronaves de las que pretendía deshacerse en una subasta, en la que se buscaba recaudar hasta US$25,3 millones, pero, únicamente, se logró un 17% de dicha suma, con alrededor de US$4,4 millones.
Por Alberto López
La subasta fue realizada por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), que recibió 17 pujas en sobre cerrado, lo que resultó en la venta de cuatro helicópteros y un avión, éste último con un precio de salida de US$1,6 millones, pero que se terminó rematando en un poco más de ese mismo precio.
Se trata de un Boeing 737-322, modelo 1989, y cuatro helicópteros Eurocopter (ahora Airbus Helicopter) AS332 Super Puma que fueron adquiridos, estos últimos, por el empresario canadiense Dean Porter, para ser destinados para carga y extinción de incendios, por un valor total de alrededor de US$2,8 millones. Los compradores deberán pagar su compra a más tardar el próximo 22 de marzo.
Las 19 aeronaves que se colocaron en subasta provenían de distintas áreas del gobierno: siete fueron transferidos por la Presidencia de la República; cinco provenían de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM); dos de la Secretaría de Marina y de la Comisión Nacional de Agua; y tres de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
De entre los aviones destacaba el Benito Juárez TP02, que es el Boeing 757-225, que sirvió de transporte aéreo para los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto, durante sus primeros cuatro años de mandato, pero después, hacia el final de su sexenio, usó el Boeing 787-8 Dreamliner que también se busca vender sin éxito.
La Presidencia de México también aportó a esta subasta los seis helicópteros tipo Puma que eran utilizados por integrantes del Estado Mayor Presidencial, secretarios e invitados que acompañaban al mandatario en sus giras de trabajo.