El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció el Boeing 787-8 Dreamliner, de uso oficial, y que no ha podido ser vendido aún, a Aeroméxico o Delta Airlines para viajes VIP.
Por Alberto López
Durante su última conferencia matutina, López Obrador anunció que ha ofrecido a las aerolíneas Delta Airlines y Aeroméxico el avión presidencial, que no ha sido vendido, para que lo usen para viajes de ejecutivos y de fiestas como bodas.
“Aproveché también para ofrecerles el avión porque podrían usarlo, que lo administre Aeroméxico si lo deciden y que lo puedan usar para viajes ejecutivos o fiestas, hay la costumbre de que hay matrimonios y se casan en algún lugar del Caribe… bueno, pues para eso podría utilizarse el avión”, dijo el presidente al referirse a una reunión sostenida con directivos de las aerolíneas.
Deshacerse de la aeronave comprada por el expresidente Felipe Calderón y estrenada por Enrique Peña Nieto, ha sido hasta ahora imposible tras una serie de esfuerzos fallidos de la Administración de López Obrador.
“El avión es muy lujoso, muy extravagante, lo hicieron a la medida, no es un avión hecho en serie, cuesta trabajo venderlo”, ha criticado, reiteradamente, López Obrador.
Si no se vende ni se rifa, la posibilidad está en el alquiler. Pero el presidente se mantiene firme en su discurso de no usar el avión presidencial y sí, en cambio, trasladarse a sus giras por el país en vuelos comerciales.
“Nos sale mejor porque si lo usáramos, nos costaría mucho el traslado”, declaró López Obrador en la pasada conferencia matutina.
Según el presidente mexicano, al año gasta unos seis millones de pesos (alrededor de 300.000 dólares) solo en servicios de comunicaciones para el Dreamliner presidencial mexicano.