Por primera vez, Alemania y España han ejecutado colectivamente la vigilancia aérea reforzada de la OTAN. Un vuelo mixto alemán-español de interceptores de alerta de reacción rápida realizó salidas para salvaguardar el espacio aéreo del Báltico.
Bajo el concepto de «plug-and-fight», un pequeño destacamento de unos 60 efectivos de la Fuerza Aérea Española se integró con el destacamento principal alemán de policía aérea reforzada de 140 efectivos en la base aérea de Ämari, en Estonia. Ambos destacamentos operaban conjuntamente una flota de nueve Eurofighter. Cuando el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas del Norte de la OTAN en Uedem (Alemania) les ordena despegar, un Eurofighter español y otro alemán realizan una salida combinada, por ejemplo, para identificar y escoltar a las aeronaves no pertenecientes a la OTAN.

«Este despliegue combinado permitió reducir significativamente nuestra huella en términos de personal y material», dijo el Tcol. Georg Hummel, comandante del destacamento alemán. «Resumiendo el resultado de este esfuerzo de interoperabilidad, aumentamos el tamaño del destacamento en un tercio y casi duplicamos el rendimiento de la misión. Para nosotros es un gran éxito, y también lo es para la OTAN», concluyó.
La cooperación entre los pilotos fue fluida, después de todo, están volando el mismo tipo de avión. El entrenamiento de los pilotos se ha estandarizado en toda la OTAN y varios pilotos alemanes realizaron parte de su entrenamiento para el Eurofighter en España.

«Con estas misiones combinadas de alerta hemos logrado un gran éxito como resultado del trabajo en equipo y gracias a la interoperabilidad de nuestro avanzado sistema de armas», dijo el comandante Miguel Ángel López García, comandante del destacamento español. «El mantenimiento compartido ha reducido la huella logística, desplegando menos personal y material por parte de cada país para este tipo de operaciones, y se ha generado el doble de operatividad conjunta de los Eurofighters que la que se hubiera obtenido si ambos países hubieran trabajado por separado», añadió.
Por primera vez en esta cooperación entre naciones usuarias del Eurofighter, la Fuerza Aérea Alemana proporcionó armas, misiles guiados y munición para el cañón de a bordo a los aviones españoles. Recibieron combustible de camiones cisterna alemanes y tractores alemanes los trasladaron a la plataforma. Cuando lo necesitaban, los alemanes ponían a disposición de los aviones españoles piezas de repuesto de menor tamaño; para los componentes hidráulicos y mecánicos de mayor tamaño se realizaba una revisión caso por caso. Dado que ambas naciones operan versiones diferentes del Eurofighter, la sustitución e intercambio de piezas electrónicas no siempre fue posible. Esto significaba que el destacamento español traía su propio kit de piezas de repuesto que, sin embargo, era mucho menos completo que el necesario para un despliegue autónomo.

Los técnicos alemanes ejecutaron la mayor parte de las reparaciones en los Eurofighters españoles; un supervisor español inspeccionó y certificó su trabajo; los traductores ayudaron a superar la barrera del idioma y a evitar cualquier malentendido que pudiera tener repercusiones delicadas. Cada nación realizó las comprobaciones finales previas al vuelo debido a las grandes diferencias entre los procedimientos alemanes y españoles. Al regresar a la base, los equipos de tierra de cada país volvieron a recibir su avión para la inspección posterior al vuelo. Los técnicos alemanes llevaron a cabo pequeñas reparaciones para garantizar que los aviones estuvieran listos para la siguiente misión con el mínimo retraso.
«Tras casi tres semanas de cooperación y dos semanas de misiones de vuelo combinadas, tanto los equipos técnicos como los de vuelo han colaborado estrechamente. Se ha desarrollado un espíritu de escuadrón combinado entre el destacamento de interceptores de reacción rápida durante los vuelos de misión y de entrenamiento, mejorando la interoperabilidad entre las naciones usuarias del Eurofighter» destacan fuentes de la OTAN.