El gobierno estadounidense va a recibir el año que viene nuevos aviones Boeing 747-8 para sustituir la flota presidencial. Pero la USAF ya piensa en la siguiente generación de aeronaves presidenciales.
Todo apunta a que habrá un Air Force One supersónico en la próxima década. La Fuerza Aérea estadounidense apuesta hasta por tres modelos supersónicos para el transporte ejecutivo y presidencial en la década de 2030.
«Transportar a los principales responsables y equipos por todo el mundo en la mitad de tiempo puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso” afirma el general de brigada Ryan Britton, jefe del transporte aéreo presidencial y ejecutivo de la USAF.
De modo que la USAF ha decidido firmar cartas de intenciones y aportar financiación a los proyectos Boom Supersonic, Exosonic y Hermeus.
Exosonic
El de Exosonic es un jet supersónico que será capaz de volar a Mach 1,8 (dos veces la velocidad de los jets convencionales). Aunque la versión comercial de este jet está prevista para 70 pasajeros, en su versión presidencial transportará solo 31 personas.
De dimensiones modestas y alcance justo (9.260 nM) para cubrir el territorio continental estadounidense, no será el sustituto del 747 presidencial actual, pero “ese no es el punto” declaró el brigadier Britton. “Estamos orgullosos de liderar la tecnología de vanguardia en el mundo. Al trabajar en equipo con la industria norteamericana, estamos demostrando que las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos pueden dar saltos tecnológicos al tiempo que maximizan el retorno de la inversión de los contribuyentes”.
Sin embargo, debido a las restricciones para el sobrevuelo de tierra por el estampido sónico que provoca el paso a velocidad supersónica, es en los vuelos transcontinentales donde el vuelo por encima de la velocidad del sonido tiene todo su sentido, de modo que el proyecto de Exosonic tiene bastantes dudas respecto de su viabilidad como avión presidencial hasta que este inconveniente no se solucione.
Overture
Boom Supersonic afirma que lo ha conseguido, al menos teóricamente, con su modelo Overture y, de ser así, sería un firme candidato. Será más rápido que el anterior, volando a 2,2 Mach, o lo que es lo mismo, Londres-Nueva York en tres horas y media o Los Angeles-Sidney en ocho horas.
El fundador y director general de Boom, Black Scholl, afirma que “al reducir los tiempos de viaje, hacemos posible que los diplomáticos y los líderes ejecutivos de EE.UU. se conecten más frecuentemente en persona, resolviendo los desafíos y desactivando las crisis potenciales con un toque personal. Estamos muy orgullosos de ayudar a idear una nueva forma de que las Fuerzas Aéreas proporcionen transporte para las actividades críticas del gobierno”.
Con un fuselaje aerodinámico y un morro afilado y puntiagudo (muy parecido al del Concorde), el avión aprovecha al máximo la reducción de la resistencia aerodinámica.
Incluye tres motores turbofan y puede volar a Mach 2,2 o 2.300 km por hora, con una autonomía de 8.300 km. No está claro cómo será exactamente el Air Force One supersónico de Boom. Sin embargo, sabemos que se diseñará teniendo en cuenta la flexibilidad. El diseño actual de esta aeronave presenta un solo pasillo 1-1 que permite a los pasajeros tanto asientos de ventana como de pasillo. Puede albergar hasta 55 pasajeros en configuración business, que según Boom está “diseñada para la comodidad, la privacidad y la productividad”.
Hermeus
La siguiente apuesta de la USAF es por una start-up: Hermeus.
No es un avión supersónico sino hipersónico, pues podrá viajar a Mach 5 (3.300 mph) cubriendo la ruta Nueva York-París en sólo 90 minutos. Hermeus presentó y probó recientemente su motor, un turbofan de ciclo combinado, pero el proyecto está al menos a 10 años vista de su primer vuelo. Los cofundadores de la empresa son ex alumnos de SpaceX, Blue Origin y Generation Orbit.