La FAA estadounidense anuncia que deja temporalmente en tierra a los B737-MAX operados por compañías estadounidenses o en territorio norteamericano.
La agencia ha tomado esta decisión como resultado de los datos obtenidos y la nueva evidencia recogida y analizada hoy. Estas evidencias junto con los datos obtenidos por satélite esta mañana han llevado a esta decisión.
La FAA norteamericana estuvo resistiéndose durante días a pesar de que los reguladores de seguridad de unos 42 países habían prohibido los vuelos de este modelo. Tan recientemente como el martes, la agencia dijo que no había visto «problemas de rendimiento sistémico» que lo impulsaran a detener los vuelos del MAX.
La obligación de permanecer en tierra permanecerá con efecto pendiente de futuras investigaciones, incluyendo el análisis de las cajas negras encontradas en el siniestro.