El pasado martes 16 de noviembre un RQ-4D Phoenix de la OTAN despegó hacia el Mar Negro y regresó 24 horas después a la base aérea de Sigonella, Italia.
Este importante paso hacia la plena capacidad operativa de la Fuerza Aliada de Vigilancia Terrestre (AGS, por sus siglas en inglés) de la OTAN se ha logrado con éxito. El equipo AGS llevó a cabo su primera misión de 24 horas de duración demostrando los esfuerzos continuos del equipo en materia de inteligencia, vigilancia y reconocimiento y, por lo tanto, mejorando una capacidad aliada vital.
«Estoy muy orgulloso del trabajo en equipo realizado», declaró el General de Brigada Houston Cantwell, Comandante de la Fuerza AGS de la OTAN. «Con esta misión de 24 horas hemos demostrado que estamos en el camino correcto hacia la plena capacidad operativa y que somos un activo valioso para la OTAN».
El reto de esta larga misión se centró en los aviadores y soldados que operan el sistema; en particular, en su capacidad para realizar el relevo sin problemas entre turnos. Los operadores de los sensores, encargados de controlar el radar de apertura sintética, también se cambiaron al mismo tiempo que los pilotos.
Para que la aeronave no tripulada pueda realizar su misión con seguridad, no sólo es necesario contar con pilotos bien formados que sean sustituidos al cabo de cierto tiempo, sino también con los informáticos que se encargan de garantizar el enlace por satélite y las comunicaciones entre la Base Principal de Operaciones de Sigonella y el RQ-4D Phoenix de la OTAN.
En la actualidad, la Fuerza AGS multinacional de la OTAN está compuesta por aproximadamente 375 personas de 24 naciones.