ITA, la sucesora de Alitalia, propiedad desde hace 13 meses del Tesoro italiano, acabará el año con 470 millones en rojo.
Desde el 28 de noviembre hay un equipo de Lufthansa en Roma negociando la posible adquisición de la aerolínea italiana.
Según el rotativo Corriere de la Sera, la intención del ejecutivo italiano es encontrar rápidamente una solución, en presencia de una oferta y un plan de negocio convincentes, para garantizar a la empresa y a sus empleados unas perspectivas más estables y al país una mejor conectividad intercontinental.
Ahora las miradas se centran en Lufthansa, tras el abandono hace unos meses de la negociación por AirFrance-KLM, que usaba a MSC como socio intermediario. ¿Por qué MSC? Porque el grupo franco-holandés aún no ha devuelto las ayudas de estado, como sí ha hecho Lufthansa.
Los alemanes aterrizaron en Roma el lunes 28 de noviembre para mantener una serie de reuniones técnicas con los directivos de ITA para hablar de finanzas, la red de conexiones y recursos humanos. Hay varios nudos que desenredar, explican quienes siguen el expediente, y las cuentas de la compañía podrían ser utilizadas por Lufthansa para ajustar el precio de venta a la baja. ITA estima cerrar 2022 con un Ebitda negativo de 466 millones de euros, según las fuentes, mientras que en 2023 el objetivo es registrar un Ebitda de -250 millones.
A medida que pasan los meses, el valor de la empresa disminuye, lo que provoca la necesidad de encontrar un socio rápidamente. A mediados de 2023 ITA podría alcanzar una valoración de 250-300 millones desde los 450-500 millones actuales (rondaba los mil millones a principios de 2022).
El ejecutivo no está dispuesto a vender la compañía por menos de sus pérdidas, mientras que los alemanes necesitan convencer a sus accionistas de los beneficios de invertir en la empresa. No es un misterio que las sinergias con la aerolínea italiana permitirían a Lufthansa utilizar Roma Fiumicino, centro neurálgico de ITA, como hub en el Mediterráneo.
¿De qué me suena a mí todo esto? Es evidente que los dos mismos gigantes que tentaron suerte con AirEuropa, o al menos entorpecer los planes de IAG, hace tiempo que salieron de compras, y no sería de extrañar que en 2023 asistiéramos a más movimientos de consolidación en el panorama aeronáutico europeo.